viernes, 16 de septiembre de 2011
100km en 24horas (IV y V): San Sebastián de los Reyes-Tres Cantos-Colmenar Viejo
domingo, 24 de julio de 2011
100km en 24horas (III): Tres Cantos-San Sebastián de los Reyes
jueves, 16 de junio de 2011
100km en 24horas (II): Colmenar Viejo-Tres Cantos
martes, 14 de junio de 2011
100km en 24horas: Colmenar Viejo-Colmenar Viejo
miércoles, 16 de febrero de 2011
¿Estás conectado?
¿O es ahora más difícil que nunca?
jueves, 10 de febrero de 2011
Caminando
Unos días hacia delante, otros hacia atrás.
Pero siempre caminando.
Quizás buscando un sentido, una respuesta.
Quizás simplemente soñando...
Temblando, abrazo la improbabilidad
de encontrar luz en esta noche oscura.
Oscura, y tan fría...
Y mis pies, confusos, siguen su impulso, y caminan.
Porque andando se hace el camino, dicen,
aunque a veces pienso que está en la naturaleza de un pie
la atracción por recorrer kilómetros y kilómetros,
sin importar dónde,
sin importar para qué.
Para qué, para qué...
Y finalmente, tras tanto surrealismo,
continúo mi camino espiral.
Sin destino, sin razón.
Pero eso sí...caminando.
miércoles, 5 de enero de 2011
El viajero del tiempo
El tiempo no pasa, pasamos nosotros. Existió alguna vez un personaje que por miedo a envejecer se obsesionaba con la idea de parar el tiempo y detener su vida. Para ello, se desplazó a un desierto donde solo le rodeaban un inmenso mar de arena que abrazaba con su relieve de dunas, el espejo radiante de una azul sediento. En este estado de soledad y de profunda conciencia, no existía la sombra de otro ser humano, ninguna huella de la historia de la civilización, ningún sonido, ningún recuerdo. Cerró profundamente los ojos, creyendo que en ese esfuerzo visual, y negando sus emociones conseguiría paralizar su vida. Pero al volverlos abrir, se dio cuenta que por ese cielo infinito, antes ausente y vacio, desfilaban en forma de nubes cada uno de los recuerdos de su infancia. También percibió nubes de su presente más reciente, de sus dudas existenciales de sus pequeños y grandes miedos, y por último, intentado vislumbrar nubes que explicaran su futuro, el cielo se fue apagando con llamaradas naranjas y violetas de insatisfacción. Sin darse cuenta, el crepúsculo se había adueñado de él. Y, en vez de sentir nostalgia, añoranza o impaciencia, se sintió aún más unido desde el abrazo de la arena caliente al origen del universo.
La vida no se detiene porque no nos detenemos nosotros. Cuando menos se lo esperó notó que unas gotas bañaban sus iris... No era polvo del desierto, no era rocío de la madrugada, no eran gotas de lluvia, simplemente estaba llorando. Por primera vez, al intentar detener la vida, la sintió de verdad. Y dando ritmo a su propio tiempo, prestándose a si mismo una nueva oportunidad para vivir, descubrió la verdadera correspondencia entre nuestro universo interior, más emocional y etéreo con todo lo material, circunstancial y racional que nos rodea. Solo recibimos lo que damos y cuando menos lo esperamos nos salpica con su espuma nostálgica de días y noches, ese rio caudaloso “llamado tiempo”. "La vida no se detiene en la soledad, en la ausencia de nosotros mismos, ni tan siquiera en su crepúsculo, porque cuando anochece en nuestra existencia nuestra luz interior flota como nubes hasta volver a encontrar su origen en el universo. “La vida no nos vive a nosotros, somos nosotros los que vivimos la vida."